Colección de Matovelle y la magistral obra de Joaquín Pinto en la Casa Museo Remigio CrespoToral


                                                            

La exposición de algunas obras de carácter religioso y paisajístico del gran pintor ecuatoriano Joaquín Pinto Ortíz (Quito 18 de agosto de 1842-Quito 24 de junio de 1906) se enmarca dentro del proyecto permanente del Museo llamado “Rostros del barrio” y que tiene como finalidad conocer las aportaciones ciudadanas de nuestros vecinos, tanto históricas como de la vida actual. 

En esta oportunidad la Comunidad de padres Oblatos ha proporcionado al Museo, en calidad de préstamo, cinco obras pictóricas del artista indicado que se suman a cuatro pertenecientes a las propias colecciones del Museo. Este gesto de la Comunidad, actitud que el Museo lo valora y agradece, constituye un valioso aporte para el mejor conocimiento de la obra de Pinto, destacado artista que conforma parte fundamental de la historia del arte republicano del Ecuador.

En el año de 1878 el Dr. Julio Matovelle conoció a Joaquín Pinto por intermedio del obispo González Suárez. Es posible que a partir de esta relación, Matovelle haya encargado la realización de varias obras a Pinto, obras que presentamos en esta exposición.

Joaquín Pinto llega a Cuenca en el año de 1902, a la edad de cincuenta y nueve años, por invitación del Dr. Honorato Vázquez quien como rector de la Universidad del Azuay (actual Universidad de Cuenca) lo nombró Director de la Escuela de Pintura y Dibujo, institución creada en 1893 y cuyo primer director fue el pintor sevillano Tomás Povedano y de Arcos.

Pinto es considerado como un genial creador que cultivó su arte con rigurosidad académica, disciplina, perseverancia, ejercicio continuo del dibujo que le permitió previamente bocetar con intensidad sus obras que finalmente las resolvía en diferentes técnicas pictóricas como la acuarela y el óleo.

La exposición además presenta algunas fotografías documentales de su presencia en Cuenca, en una de ellas se aprecia su taller académico en el que seguramente uno de sus mejores alumnos Filóromo Idrovo y el mismo Honorato Vázquez se enriquecieron con sus conocimientos artísticos.

Honorato Vázquez en uno de sus innumerables escritos al referirse a Joaquín Pinto, dice: “Joaquín Pinto hace una buena cosecha todos los días en la asiduidad, inteligencia y maestría de los discípulos dignos de tan sabio maestro”.


René Cardoso Segarra.
Director de la Casa Museo Remigio Crespo Toral.


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